¿Distanciados Mario Zamora y Rosa Elena Millán?

Julio Juárez…
Se ha corrido el rumor en los últimos días sobre un marcado distanciamiento entre los candidatos al Senado de la República Mario Zamora Gastelum y Rosa Elena Millán Bueno, aspirantes por la coalición “Todos por México” conformada por los partidos Revolucionario Institucional, Verde y Nueva Alianza. Los rumores se han esparcido como reguero de pólvora dentro de la clase política priista, ya que, los candidatos han tenido una intensa actividad con sus simpatizantes, pero, cada uno por su lado.

Y bueno, no ha pasado desapercibido entre los priistas que se sienten extrañados de que al menos en el sur de Sinaloa, el aspirante mochiteco al Senado anduviese solo sin su compañera de fórmula reuniéndose con liderazgos priistas.

Es decir, no andan juntos, no se les ve salvo en actos protocolarios priistas, sin embargo, al preguntarle al mochiteco Mario Zamora “Marito” sobre este rumor, sin pensarlo dos veces y en forma enfática asegura que no hay tal rompimiento, lo que sí hay -dice- es una gran coordinación entre ambos, incluyendo a sus equipos de trabajo para abarcar el mayor espacio territorial en el estado en el menor tiempo posible, afirma que hay comunicación constante.

Sin embargo, como dijo el “clásico” de un exgobernador, “por arriba, la política y por abajo: bolas”, y estos golpeteos no se han hecho esperar, algunos simpatizantes afines a uno de los equipos de la formula priista, empiezan a verter en las redes los errores en que cayó el PRI al nombrar a un aspirante que, para ellos, no vende entre electorado sinaloense. Después daremos detalles.

Más lastres para el PRI

Se acuerdan amigos lectores de Santiago Nieto Castillo, sí, aquel funcionario que fuera el responsable de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), sí, aquél que prácticamente fue corrido de esa titularidad cuando empezó a tocar fibras sensibles del gobierno federal en actos de corrupción de la empresa Odebrecht y donde posiblemente se hubiesen desviado dinero a las elecciones del 2012.

Pues bien, resulta que declaró al The Wall Street Journal, que teme por su vida y la de sus dos hijas, que cuando salió de la Fepade, le ofrecieron dinero para ya no chambear “como un gesto de buena fe”, siempre y cuando mantuviera la boca cerrada, se quejó también de que su esposa recibió fotografías en las que aparecía con otras mujeres lo que causó el rompimiento de su matrimonio.

Bueno, esta churronovela en que se ha convertido este caso, seguirá causando no solo polémica, sino urticaria en la clase política priista y si a esto le agregamos que, César Duarte, el ex gobernador de Chihuahua, acusado de corrupto, la Procuraduría General de la República se aventó “un palomazo” al declarar a través de la Unidad Especializada de Análisis Financiero, que al ex gobernador no le será ejercido la acción penal por la acusación de haber cometidos delitos bancarios y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Pero mientras son peras o manzanas, el gobierno de Javier Corral, le ha incautado 21 propiedades, además de tener en vigencia 10 órdenes de aprehensión, además de ser acusado de endeudar al estado de Chihuahua por más de 55 mil millones de pesos. El gobierno de Javier Corral se queja de que el gobierno federal no ha ejercido la orden de aprensión internacional a través de la Interpol para arrestarlo y extraditarlo.

Y mientras a Duarte se le empiezan a quitar broncas, a Ricardo Anaya, el aspirante a la presidencia de la República es acusado de lavado de dinero, sin comprobar ni acusarlo oficialmente de nada. Así es la justicia, en buen español se podría decir que “a los amigos, justicia y gracia. A los enemigos, la ley a secas”.

¿No cree usted amigo lector, que, por eso, nuestra gente se encuentra hasta el hartazgo de corrupción, cinismo e impunidad?